Jóvenes provenientes del palo del rocanrol y el blues, que en su ciudad de Paso de los Libres, en Corrientes, se juntaban a tocar temas de Pappo, y organizaban recitales con bandas de rock locales y baterías prestadas, se reencuentran en el escenario artístico actual de Rosario, motivados por la creación, y por una profunda necesidad de explorar las raíces que en su sangre llevan. Actualmente se sintetizan en el Gurí Trío, dos formaciones, por un lado interpretan jazz manouche, y en paralelo forman un conjunto de chamamé instrumental, en donde Sebastián González toca la guitarra de siete cuerdas, Federico Mayuli el contrabajo, y Germán Acuña la guitarra.

Bromean acerca de la manera en que se encontraron en Rosario, como si el río los hubiese conducido en busca de un mismo camino. La realidad es que estos chicos tocan juntos desde su adolescencia, y después de años de impasse, el escenario los volvió a reunir en el año 2014. Ya más grandes, y con la experiencia de un oído más afilado, han pasado por varias experiencias musicales, en proyectos personales que han incluido al tango, la música brasilera, y el folclore argentino.

PH_Daiana Toledo

Swing gitano por las calles de Rosario

El swing gitano o jazz manouche, nacido en Francia en los años 30, es el estilo que adopta esta banda, tomando como referente a Oscar Alemán. Un chaqueño criado en las calles de Brasil, huérfano desde pequeño, que la descose con la guitarra, y que se terminó convirtiendo en uno de los guitarristas de jazz más reconocidos del mundo, codeándose con grandes de la talla de Louis Amstrong y Django Reinhardt.

“Nosotros no tenemos idea qué se sentirá ser un gitano que toca swing en Europa, es un estilo extranjero, pero sí tal como le pasó a Oscar Alemán, de chicos conocimos el folclore, hemos pasado por el blues en nuestra juventud, conocimos la música brasilera al ser criados en una ciudad de frontera con Brasil”, cuenta Seba. El estilo sudaca de Oscar Alemán, que tocaba desde baladas de jazz, hasta una milonga triste, para después meter algún que otro cavaquinho, cautivó a estos correntinos motivados por la magia de la improvisación.

¿El mayor descubrimiento en el jazz? La improvisación, “el jazz tiene eso de divertido, basándose en la forma armónica que tiene, uno puede hacer cosas arriba de esto, todo el tiempo se puede inventar, y eso es lo más interesante, poder crear algo nuevo. El jazz te aporta libertad”, resume Germán, “podés jugar, como cuando eras gurí”.

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De Corrientes vengo yo…

Además del jazz, los chicos cuentan sobre su formación de chamamé, y prefieren hablar más bien sobre la existencia de una “necesidad”, de tocar este estilo, “como algo inevitable que se lleva en la piel, esa necesidad hace que lo toquemos con mucho respeto y con ética”, afirma Fede. Hablan hasta casi de una “obligación” de tocar chamamé, por ser un género tan bastardeado, y porque llevan consigo los paisajes y sonidos de su tierra, que se terminan convirtiendo en acordes y rasguidos.

Gurí Trío apuesta por la química que hay entre ellos, por la diversión, y la adrenalina. ¿El ambiente donde más cómodos pueden sentirse? En un asado, tocando chamamé para gente querida, con un vino acompañando. Sus influencias son amplias y gozan de buena diversidad, pueden ir desde Pappo, a Ernesto Montiel, Oscar Alemán y Manal.

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A pesar de tocar un estilo tradicional como el chamamé, nada de lo que hacen es rígido. “Creo que es inevitable aportar cosas nuevas. La renovación se va dando, porque los tiempos son distintos que en los años 30, hay otras formas de trabajo, otros anhelos, y posibilidades”. La globalización y la masiva llegada a internet que caracteriza a nuestra generación también aporta lo suyo, opinan, “las influencias te marcan, con el fácil acceso a música de la más diversa, es imposible después no escuchar en tu oído otros acordes”. En fin, más que recomendado resulta dejarse afectar por la mixtura estilística que despliega en escena Gurí Trío; donde quieras encontrarlos.

Escuchá Gurí Trío: